domingo, 28 de septiembre de 2014


La maestra aparecida

Estoy de vacaciones, pero eso no quita que les pueda seguir contando los relatos de Doña Lupe, ella es una mujer ya viejecita, un tanto regordeta, pero con una memoria bárbara, se acuerda de cada detalle que ya quisiera yo a la hora de los exámenes , ¿a ti no te pasa?a mi a veces se me olvida todo;  a Doña Lupe no.
Resulta que le pregunte por la maestra aparecida, la que dicen que mataron ahí en la escuela y que se aparece de vez en cuando diciendo: azotea es con z, ventana con v y Guadalupe se escribe con geeee,  inmediatamente Doña Lupe miró para sus adentros, agitó un poco su memoria, buscó entre sus recuerdos y empezó a relatarme lo que pasó hace muchos , pero muuuchos años, cuando ella era joven y sus piernas no le dolían.
El barrio se llenó de niños y se instaló una escuela, era una escuela normal, así como son todas las escuelas, con pizarrones, bancos, patio, bandera, niños y todo, absolutamente todo lo necesario para iniciar un ciclo escolar, ¿si sabes lo que es un ciclo escolar? es el tiempo en que inicias y terminas un año de estudios. Bueno el caso, es que ya se tenía todo lo necesario pero faltaba un detalle, lo más importante: la maestra.
 ¿Quién iba a dar la clase?, ¿Quién iba a castigar a los niños por no hacer la tarea?, ¿Quién iba a usar el pizarrón si no había maestra?, naturalmente pusieron un aviso en la puerta de la escuela, con grandes letras y horribles faltas de ortografía:

     CE SOLISITA  
MAIZTRA: NOS URJE

 
 




¿Te das cuenta? … si que era necesario una maestra para el barrio, casi todas las vecinas fueron a querer ocupar el tan urgido puesto, hasta Doña Lupe que apenas sabe escribir fue, pero nadie tuvo éxito, a todas les hacía falta algo. Como las clases debían empezar y el tiempo se pasa volando, Don Tomás el juez del barrio, pidió a sus jefes del gobierno que le mandaran una maestra, y así fue. Llegó al barrio una maestra un tanto misteriosa, pues aunque hacía mucho calor , esa mujer, dice Doña Lupe, siempre traía suéter y calcetas largas, solo de verla daba más calor, caminaba por toda la colonia para llegar a la escuela y todos los días se quedaba hasta altas horas para revisar punto por punto y coma por coma; una de esas tardes que se quedó a revisar exámenes, un ladrón brincó por la azotea y de varios saltos alcanzó a entrar por la ventana del único salón  donde se encontraba la única maestra, la pobre mujer se impresionó tanto, que le dio un infarto. Doña Lupe dice que el ladrón no le hizo nada, que realmente solo entró para darle un sustito, pero la pobre maestra no aguantó y se murió sola. Ah, también dice Doña Lupe, que al parecer el ladrón era una mujer…
Y la verdad es que yo me pregunto…¿Cómo sabrá tantos detalles Doña Lupe?


Mónica Ochoa

lunes, 22 de septiembre de 2014

Tío Román, ruido del tren...

Poco a poco fueron bajando del tren, bajaron los abuelos primero y por último el tío Pedro quien cargaba en sus brazos una caja de madera. Cada mañana salíamos corriendo de entre los árboles cuando escuchábamos el silbato del tren. Nos daba miedo pero nos aguantábamos, apretábamos los ojos y las manos creyendo que así nos protegeríamos del monstruo que se acercaba. Confieso que mis ojos nunca se cerraban del todo, por el contrario quería acercarme más y tocar el ruido que el tren hacía. Luego mi abuelo dijo que el ruido no se puede tocar. Que solo se mete en el cuerpo, entre los huesos, por la sangre, por los oídos. Casi nunca venía nadie al pueblo, toda la gente iba de paso y sacaba las manos por las ventanillas para decirnos adiós.
Ese día el tren se retrasó un poco, Luis y yo nos sentábamos atrás del portal para la hora que se quisiera aparecer, y al fin ahí estaba, esperábamos a mis abuelos, que habían ido a la ciudad a visitar a los tíos , que se habían ido hace muchos años, cansados de la resequedad de la tierra y las lluvias , del polvo; -aquí ya no hay nada, dice mi mamá que dijeron el día que salieron de la casa, ella siempre los ha extrañado, pero mi abuelo mucho mas, mis tíos desde allá, cada mes mandaban cartas, y alguna que otra foto por eso los conozco bien.
Mi abuelo me dijo que me iba a traer una caja de chocolates y a mi papá; bolsas de café. No nos trajeron nada, ni siquiera pude preguntar, no sabía que les pasaba…deberían estar contentos porque mi tío Pedro vino a dejarlos, en cambio oía a mi mamá y a mi abuela llorar quedito ahí en la cocina.

Mi tío dejó sus cosas ahí en el granero, nomàs  trae una bolsa de hule y la caja,  yo quería saber que era; me imaginaba, no sé, una acordeón, un tambor, o ya aunque fuera un tocacintas. Me puse atrás de la ventana, y escuché todo lo que había pasado, siempre he sido muy curioso o más bien nunca me quedo con la duda, y así sin que me vieran fui otra vez al granero y destape la caja…ya mero se me salía el corazón y hasta las tripas de la impresión; era mi tío Román, bueno…su cabeza, mi tío Genaro le dio 2 machetazos y se fue lejos. Dicen que cobran mucho por llevar un muerto de un lugar a otro, y más si es en tren, mi abuelo decidió traerse nomás la cabeza, dice que es lo que importa… es la que tiene los recuerdos… las vivencias…¿lo demás?...Quien sabe donde lo dejarían…

jueves, 24 de julio de 2014


miércoles, 16 de julio de 2014

sábado, 21 de junio de 2014




LA WERKA LOCA

“Ruega por nosotros santa madre de Dios”… se oía quedito a lo lejos del pasillo; casi en el fondo. Con el cuerpo cansado Miguel caminaba lentamente sin rumbo fijo, cargaba su pesada guitarra,
-las serenatas nocturnas son cada vez más escasas- decía Miguel para sus adentros, en eso un escalofrío le recorrió el cuerpo, los gemidos de la mujer le parecían aterradores, rechinaban las puertas y en medio del intenso calor una ola de aire helado le hizo estremecerse, escuchó palabras en latín antiguo, luego pequeños balbuceos en náhuatl, vio salir corriendo de un cuarto a otro el cuerpo inerte de una pequeña mujer, se le puso de frente, Miguel sintió morir, hubiese preferido la muerte a experimentar esa extraña sensación de escalofrío , ahí estaba parada viéndolo a los ojos, tenía una mirada intensa, triste pero diabólica a la vez, sintió un duro golpe en la cabeza, cuando abrió los ojos estaba tirado en el piso, tenía la cara y los brazos arañados; sudaba frío, junto a el estaba Mauricio que había entrado para buscar un mariachi y llevarle serenata a su mujer, encontró a Miguel desmayado, al despertarlo Miguel le contó todos los detalles de la horrible aparición , el buen Mauricio que es caricaturista de profesión hizo a bien dibujar un retrato de aquel ser que Miguel había visto, una vez que terminó de dibujarla sintió en el cuerpo una extraña picazón y un airecito le pasó por la nuca, recordó que su abuela le había mostrado una vez esa misma imagen , muchos años atrás vivió en ese vecindario una extraña jovencita; la llamaban la werka loca, la pobre niña mató a su perro y se lo comió en pedacitos, su madre la amarró a la pata de la cama y la abandonó porque no supo qué hacer con ella, la gente le daba comida por la ventana de la puerta, ahí murió desolada una noche de terrible calor . Desde entonces cada que hace calor intenso en la ciudad dicen que la werka loca sale para que le quites los amarres que trae en los pies…
¡¡¡ -me desatas por favor… !!!


sábado, 8 de marzo de 2014

…Y de esa forma murió Manuel.

Lo conocí en el invierno pasado, ahí en la Avenida Central, junto al hotel Reforma. Estaba en plena calle comiéndose unos tacos. Hace dos años que yo llegué a esta Ciudad, yo soy de Sonora, por eso mismo soy un poco desconfiado; aunque no sé porqué cuando Manuel se acercó a mí, al bajar yo de mi coche, no dudé en ponerle atención. Me preguntó sobre la ubicación de una oficina de correos, no sabía pero traté de orientarlo, tal vez con la intención solo de seguir hablando con él; tenía unos ojos color aceituna que te atrapaban a primera vista. La oficina de correos fue solo un pretexto… unos minutos más tarde ya estábamos en la habitación del Reforma. A partir de ahí no nos separamos jamás; lo llevé a vivir a mi casa. Le compraba ropa, zapatos, comida, todo lo que quisiera. Luego se puso a trabajar, era vendedor de terrenos campestres, no le iba muy bien, pero para eso estaba yo. Una mañana, mientras me dirigía a mi trabajo, me percaté de que había olvidado mi teléfono. Regresé por él… Ahí estaba Pedro mi vecino, que tenía meses sin saludarme. Manuel acariciaba su cara, mientras Pedro lo tomaba por la cintura. Al verme, el cobarde de Pedro salió corriendo, Manuel balbuceaba una ridícula explicación. Lo golpee hasta cansarme… le até las manos y, con las mías, le arranqué los ojos para que no volviera a ver a nadie. Se desangró… Pobre… se murió...nunca más Manuel... Mónica Ochoa Castillo 16 de Noviembre de 2006

jueves, 2 de enero de 2014

Reloj de cadena




Enséñame el fondo de tu corazón… deja meter mi dedo hasta lo mas profundo de tu alma… ¿te doy miedo? O ¿te dan miedo mis ojos?  Mírame  bien, acércate más… no te voy a hacer nada, ¿Qué te puedo hacer yo?... hace mucho tiempo que no salgo de ésta casa de hecho hace mucho que no hablaba con nadie,  por eso esto hay que celebrarlo… siéntate aquí en esta silla… mi casa es pobre pero está limpia, acomódate donde tu quieras, ten confianza en mi… y enséñame el  fondo de tu corazón, déjame meter mi dedo hasta lo más profundo de tu alma… sabes a mi me gusta que me escuchen pero también me gusta escuchar y de ti no conozco nada, no me haz dicho nada, se ve que eres una buena persona, yo nunca te había visto , bueno de hecho tampoco  he visto a nadie desde hace tiempo, ¿te platico porque deje de salir?.  Hace meses mientras regresaba de trabajar  me encontré un reloj de cadena ahí en la esquina, por la casa de Don Luis el de las pinturas, yo lo recogí y me quedé parado ahí un rato para ver si pasaba el dueño, yo juro que si lo hice, estuve ahí como 1 hora, sabes , yo soy muy obstinado y si me esperé  el tiempo que te digo, nadie lo reclamó y yo me vine a mi casa , deje la puerta abierta por si alguien  se venía detrás de mi y no… nadie vino… ese día mi mujer se fue de la casa, aprovecho que yo dejé la puerta abierta y se fue, no se a donde, nunca me dejó ver el fondo de su corazón ni meter mi dedo hasta lo mas profundo de su alma, solo se fue y no me avisó , me dejó solo, solo con mi reloj de cadena. Por eso me da gusto que estés tu aquí, no se porque viniste, oh… no me digas que es tuyo el reloj de cadena, -ya no te pertenece, el reloj ahora es mío , -yo te estuve esperando mucho tiempo y nunca viniste   por el , por tu culpa mi mujer se fue de la casa, -mi mujer que nunca me enseño el fondo de su corazón, -ni me dejó meter mi dedo hasta lo mas profundo de su alma, -no te voy a regresar el reloj, de hecho tu ya no te vas a ir de aquí, mira… mira como cierro la puerta, mira como le pongo las cadenas y atranco los cerrojos, mira como te quedas conmigo – quédate conmigo, ¿te enseño el fondo de mi corazón? , mete tu dedo en lo más profundo de mi alma… pero no te lleves el reloj de cadena…

Mónica Ochoa